El Agility fue creado, inspirándose en la hípica, en 1978 por el inglés John Warley para entretener al público en los tiempos muertos de las exposiciones caninas. Tuvo tanta expectación, que pronto traspasó las fronteras de Reino Unido. John Warley, junto con miembros de clubes, diseñaron los obstáculos que forman el circuito.
Este deporte consiste en que el perro recorra el circuito en el menor tiempo posible y con las menores penalizaciones.
La agilidad, rapidez y fuerza son las características más importantes que debe poseer el can, junto con una buena compenetración y disciplina entre el guía y él. Éste no ha de llevar correa, ni collar. Y el dueño no puede tocar ni a su perro, ni a los diversos obstáculos. El recorrido ha de ser desconocido tanto para el perro, como para su dueño, únicamente poco antes de la prueba se le permite al dueño un breve reconocimiento, para así memorizar el orden en que debe superar el animal los obstáculos. Para guiarlo pues, utilizará gestos, tanto visuales como sonoros.
Hay diferentes grados de competición, según la experiencia (novatos, veteranos y concursantes de campeonatos mundiales) y según el tamaño (pequeños, medianos y grandes)
En la actualidad se realizan campeonatos mundiales. En España cada vez hay más aficionados a este deporte.
Las únicas condiciones que se requieren para practicar este deporte son, que tenga más de cinco meses y que no sufra ninguna enfermedad o defecto físico que le impida hacer un fuerte ejercicio.
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